¿Quien no ha visto al «errante» marinero de Cartagena? Aquí una poesía en su honor.
Al marinero:
«De puerto en puerto escribía su vida, este marinero.
Llenaba su ato de infinitas y tristes batallas,
surcando los mares de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Pero curiosamente, cuanto más navegaba, más vacía su alma quedaba.
Cansado de arroparse con noches oscuras y velas rasgadas.
Ajeno siempre, a esas emociones que acarician al cuerpo y acunan el alma.
Así, de esta manera, pasaban las noches y transcurrían las semanas.
sin qué este marinero, su faro divisara.
Fue justo tras la peor de sus batallas, cuando su nao a la ciudad de Cartago arribara.
Y con sólo poner sus maltrechos pies y su viejo ato en este puerto,
su alma supo, que esa era la cálida tierra, en la que quería descansar.«
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