Sobre el año 1500, en Murcia apareció un mendigo que dijo ser escultor y que era capaz de hacer, sin cobrar un maravedí y a cambio sólo de asilo y alimento, una cadena esculpida en piedra, que podía rodear la Capilla de los Vélez, entonces en construcción, e incluso la Catedral entera. El Marqués de Vélez, de apellido Chacón y Fajardo, le conminó con aspereza:
– Si la obra no me gusta, morirás en la horca.
– ¿Y si os gusta?, -preguntó el anónimo loco.
– Entonces salvarás tu vida…
Tras siete años de trabajo, en la Nochevieja de 1507, la obra estaba finalizada y fue presentada al noble. Tanto él como el obispo y los séquitos de ambos, quedaron maravillados por la perfección y el encanto del trabajo. A partir de entonces, todos alababan y agasajaban al artista y terminaron apodándolo cariñosamente «El Cadenero». Cuando éste, anunció que había decidido marcharse y seguir su camino, el Marqués de Vélez, temeroso de que pudiese realizar alguna obra parecida en otros lugares, lo mandó apresar, arrancarle los ojos, cortarle ambas manos y encerrarlo en una prisión. Así se garantizó para siempre la posesión de una obra de arte única.
La cadena, está tallada en dura piedra caliza, tiene unos 90 eslabones de alrededor de un metro de longitud cada uno, rodeando la Capilla de los Vélez de la Catedral. La leyenda desde luego, es muy interesante. <
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