El protagonista de hoy no es ningún secreto a simple vista , pero si nos acercamos descubriremos unos cuantos.
Como sabéis en esta web también tienen cabida nuestros rincones preferidos de Murcia y el jardín de Floridablanca es uno de ellos. Podríamos hablar de la historia de este jardín y copiar los detalles históricos que todos al pasar por la puerta o al clicar en la web podríamos ver, pero de lo que se trata y lo que tratamos en esta página es descubrir cada pequeño detalle que pasa inadvertido ante nuestros ojos, porque, desafortunadamente todo lo que tenemos fácil no nos llama la atención.
Por esta razón, este articulo nos va a descubrir la parte más cálida del jardín, desde la visión de un viandante, no de un historiador o un sociólogo o incluso o un político. Aún así, plasmaremos de un modo informal aspectos históricos de interés y al final incluiremos algunos datos curiosos del jardín. Esa parte más fría ,la que sin querer, pero nos deja indiferentes o invidentes a todo lo que este parque tiene.
Desde hace unos años este singular espacio se ha convertido para nosotros en uno de los espacios con más encanto de la ciudad.
En el corazón del barrio del Carmen, una de las zonas de mayor arraigo de la ciudad y configurado como una gran manzana se abre paso este jardín, entre el ir y venir de coches motos y prisas de esta sociedad del siglo XXI .y que pese a su reducido tamaño (11.330 m2) ,es capaz de ofrecernos desde hace ya dos siglos un espacio para el descanso, la lectura, la música e incluso para viajar en el tiempo.
Nada mas girar la mirada o pasar por una de sus puertas, podemos sentir ya, que estamos en otro lugar, en otro país, pues el jardín alberga ejemplares centenarios y monumentales de Ficus, que bien podríamos encontrar en Australia y que extraordinariamente fueron plantados en tierras murcianas allá por el año 1900 .Por ello es seguro, que han cobijado y cobijan bajo su sombra a numerosas generaciones de murcianos.
Además, aquí está el primer secreto, y es que se trata del primer jardín público de España, lo que imprime al pequeño y singular parque un punto de originalidad y valor histórico único en el territorio nacional.
Lo que más nos gusta del Jardín es que, mires donde mires, ves cosas sugerentes. Si levantas la mirada y contemplas su centenaria naturaleza aciertas, si bajas la vista y te centras en los macizos de claveles , el paseo central de magnolios o las rosaledas que lo adornan y aromatizan , también. Y es que ahí radica el segundo secreto, y buena dosis de su apabullante magia, la excelente singularidad de cada uno de los detalles que se ven al desfilar entre sus pequeñas sendas. Hacerlo, es una actividad revitalizante.
En el jardín podemos encontrar pequeños paisajes de postal, colocados con mimo, que nos reclaman a cada paso; una ardilla que corretea por el tronco de uno de esos gigantescos ficus, el canto de los pájaros que allí encuentran su casa, un banco perfectamente situado en el que poder leer un libro ,una frase…Observar la multitud de colores ( rojo ,azul, violeta, rosa, marrón, verdes..,) ,correr o esconderse entre los árboles y sus enormes raíces, y algunos tienen la oportunidad incluso, de dar sus primeros pasos ,sentir su primer beso, o algo tan sencillo como atravesar el parque de lado a lado y sin apenas darnos cuenta algo ha hecho ,que nos olvidemos de ese stress del día a día.
En definitiva un desfile de aromas, colores, emociones y oportunidades que no entienden de bullicios ni ajetreos. Tenedlo en cuenta. Este jardín, como cualquier otro rinconcito o calle por el que cada día pasas, es un pequeño paraíso natural al alcance de todos.
<
Añadir comentario