El tema que exponemos esta semana, es algo que como «profe”, me he encontrado muy a menudo en mis aulas y que realmente es algo que me preocupa mucho, y no es otro que la mentira.
No por la mentira en sí, sino por el motivo por el cual un niño llega a mentir.
Desde mi experiencia directa os voy a contar como creo que podríamos evitarla. El primer paso es conocer la causa.
¿Por qué mienten los niños?
Desde mi humilde opinión considero que la mentira no es algo genético. Es una conducta y como tal se aprende. Podemos adquirirla de manera directa o indirecta cuando somos niños/as.
a) Directa: en aquellas situaciones en que el niño/a es mentido. Los padres, profesores o cualquier persona de su entorno afectivo inmediato no cumplen con lo prometido.
b) Indirecta: en aquellas situaciones que el niño/a es testigo de la mentira. Cuando los padres mienten delante del niño.
Normalmente la mentira se empieza a forjar como resultado de haber sido tratado irracionalmente o negativamente ante una acción o respuesta sincera. En situaciones venideras por miedo, el niño responderá mintiendo para evitar recibir aquella respuesta que le hizo pasarlo mal de algún modo.
¿Como evitar la mentira en nuestros/as niños/as?
Si queremos que nuestros hijos o alumnos sean sinceros,por un lado debemos predicar con el ejemplo y en segundo lugar es importante saber que el diálogo y los estímulos positivos nos llevarán bastante más lejos que el castigo y las amenazas.
Nuestra principal función como padres y docentes es la de educadores. Cuando nuestros niños se comportan mal, debemos verlo como una oportunidad de enseñarles algo. Muchas veces perdemos estas oportunidades de educarlos, y en vez de eso lo que hacemos es centrarnos en lo que podemos hacer ¡ya!, para lograr que se hagan las cosas bien. Y eso nos lleva a utilizar las peores armas; Amenazas, sobornos y castigos, que sí, son las más rápidas pero a larga os garantizo que son las menos educativas y las que provocan que surja la temible mentira en nuestros hijos/as o alumnos/as. Y así nos alejamos de ser educadores efectivos.
A continuación, de un modo muy práctico estableceré un ejemplo del uso erróneo que damos a cada una de estas armas,(amenaza,soborno y castigo) mediante situaciones que nos ocurren a diario con nuestros niños, para después exponer el modo correcto de actuar para conseguir nuestro objetivo:
– Educar en la sinceridad y el dialogo para que las conductas deseadas surjan de ellos de manera natural.
Ejemplos:
a) Amenaza
Amenaza: “Miguel, si te escucho de nuevo llamar a tu hermano por ese nombre voy a lavarte la boca con jabón”.
Educación: “Miguel, entiendo que tengas sentimientos negativos hacia tu hermano, pero sigue siendo importante hablar respetuosamente. Todas las personas merecen respeto y te sentirás mejor contigo mismo si puedes controlar tu deseo de llamarlo por nombres feos”.
Un modo de saber qué tipo de educacion estamos llevando a cabo es escuchandonos mientras le hablamos a los niños. Si muchas de nuestras peticiones o afirmaciones disciplinarias terminan con “o si no…”, entonces puede que estémos educando con la amenaza.
Ej; “Carmen, deja de hacer eso inmediatamente o no comerás helado”.
b) Soborno y castigo
Soborno: El padre/madre dice, “Aprueba el examen y te daré 2€”.
Castigo: Por no aprobar dejaras de salir a jugar.
Recompensa: Ir al cine el fin de semana si es que el niño limpia su habitación o aprueba el examen.
Las recompensas son útiles al principio, hasta que la conducta se produzca de forma natural, ya que no podemos esperar que los niños hagan las cosas correctas porqué si,( me refiero cuando surje una mala conducta).
Los niños necesitan recompensas para endulzar el proceso. Recompensarlos por la buena conducta motivará a repetirla. Así pues, elógiemoslos, pongamos les estrellas en una tabla, o llevemoslos a paseos especiales para demostrarles cuanto apreciamos su cooperación.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos acerca de prometer recompensas por todo. Los niños también necesitan aprender a comportarse bien porque “es lo correcto”, no solamente por la recompensa prometida. Ellos necesitan saber que cuando les pedimos hacer algo, tienen la obligación de escuchar.
Estos son métodos que bajo mi experiencia han contribuido a evitar la mentira como respuesta y fomentar la sinceridad y el diálogo, sin miedo en mis aulas, y por eso quería compartirlo con vosotros/as, padres/madres, ya que ,somos los guías en el caminar temprano de nuestros/as niños/as.
Lo más importante:
• Nosotros no deberíamos inculcar miedo en nuestros hijos o alumnos.debemos educar en la verdad.
• Las amenazas son intimidantes, manipuladoras y perjudican el crecimiento llevando a la mentira.
• Los niños necesitan conocer las razones por las cuales ellos deben comportarse de la forma en que queremos que se comporten, para ello nos centramos en los beneficios positivos de la buena conducta,y actuamos como modelos.
• Fomentar la buena conducta «la verdad»mediante el diálogo y la negociación, con ellos.
• La buena conducta debería ser alentadora para ellos. Los niños necesitan saber que su buena conducta «decir la verdad» marca una diferencia. Ellos necesitan tener placer al hacer lo correcto.
• Ser razonables con las recompensas. La esperanza es que eventualmente, los niños no necesitarán de ellas y el placer de actuar apropiadamente será motivación suficiente.
• La meta debe ser, en primer lugar, la educación. Esto producirá mejor conducta. Y después de todo, ¿no es esa nuestra meta?.
«El Amor y la Verdad son las dos armas infalibles de la vida. La Verdad es el fin y el Amor el camino».
Me gustaría terminar este post semanal agradeciendo de corazón a todos/as los/las»encantados/as» por esta web.En primer lugar por dedicarme un poquito de vuestro valioso tiempo y segundo por darme la oportunidad de acercarme a vosotros/as y así entre todos/as (padres,madres y «profes» ) podamos ayudar a las personas que más queremos «vuestros hijos/as y nuestros/as alumnos/as» a ser mejores personas y más felices.
Un saludo y hasta el próximo post. <
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